sábado, 20 de mayo de 2017

Calors

Hace mucho calor en la CDMX.

Durante unos tres días hemos llegado a 33º centígrados. Y sí, tu que me lees en otro estado que no es el DF, tu que me lees pasadito el nivel del mar, probablemente te cause gracia que los chilangos nos quejemos de estas temperaturas, pero considera que incluso el calor -así como los defeños- siempre es amable en esta ciudad: puedes salir a caminar, puedes vivir tranquilamente sin necesidad de aire acondicionado en tu casa, puedes trabajar y hacer tus quehaceres cotidianos y citadinos, como pasar 3 horas en el tráfico, pasar 3 horas en el transporte público, comer quesadillas sin queso, comer bolillos rellenos de cualquier inverosimilidad, y todas esas cosas que en tu imaginario hacemos en nuestra ciudad.

30º centígrados a las 6 de la tarde y el chilango no está preparado para esto, sin embargo se mueve. Tenemos que regresar a nuestras casas y en el metro la temperatura sube varios grados, todos sudan y todos comparten sus espaldas sudadas unas con otras.

24º centígrados y es media noche. Según el INEGI la temperatura media anual en la CDMX es de 16º y los chilangos lloramos lágrimas de sudor ante las burlas de sujetos que dicen soportar más de 40º en sus localidades lejanas. Y no, piénsalo y créeme que decirlo no es motivo de orgullo.

A los chilangos nos hace daño el aire acondicionado, sólo lo usamos cuando estamos en alguna plaza o centro comercial, en alguna cafetería o restaurante y en estos días tenemos que buscar refugio del calor por más horas de las acostumbradas y eso afecta nuestras vías respiratorias, eso y los 150 puntos de ozono que tenemos en el aire.

No se burlen de nosotros, ustedes siempre serán bienvenidos en el DF si quieren escapar unos días de sus 50º a la sombra con sensación térmica de 70º.

Lo que no te mata, te hace más fuerte.


 

domingo, 22 de enero de 2017

El íncubo

¿Alguna vez te has quemado la lengua con alguna bebida caliente? ¿Café? ¿Té? ¿Leche muy muy caliente? ¿Agua hirviendo? ¿Recuerdas cómo se siente la lengua unos 5 minutos después de eso? ¿Recuerdas cómo se siente al siguiente día?

Desde hace algunos años he sospechado que un íncubo me acecha, hoy desperté con la lengua quemada… Espero que para la próxima recuerde al despertar, aunque sea sin lujo de detalle.

martes, 29 de noviembre de 2016

¿Cuándo nos perdemos el asco?

La otra noche, después de salir de un hoyo-bar-heavy-goti-rockero-energyhigh-ochentero fui a comer tacos de pastor a la Torre de Babel de los tacos, sobre 5 de mayo, a la vuelta de Isabel La Católica. Siempre he presumido de tener buen estómago, como si una fuerza del más allá me librara de todo mal, E. Coli, y demás entidades que provocan infecciones estomacales. No más. ¿Dios, por qué me has abandonado?

Supongo que fueron esos tacos los que provocaron que durante dos días vomitara todo lo que osara pasar por mi tracto digestivo. La segunda madrugada me levanté de la cama, después de haber vomitado en mi misma el último vaso de agua que tomé y lo que parecían ser los últimos rastros de tacos de pastor con queso y cualquier otro rastro de algo sólido que hubiera en mi estómago. Hice bola todas las cobijas, me quité el suéter y me limpié la cara con la parte seca, me amarré el cabello, me puse ropa y saqué las cobijas y ropa al patio.

¿En qué momento te perdiste el asco? Después de salir de bañar, ojerosa y con los labios chupados, como a eso de las 4 de la mañana, fue la única pregunta que me hice.

Llega un momento de nuestra existencia como seres humanos en el que tenemos que hacernos cargo de nuestras propias secreciones y excreciones, a menos que tengamos algún problema motriz, nadie más se hará cargo de lo que nuestro cuerpo genera y posteriormente expulsa, ¿te has preguntado en qué momento dejaste de tenerte asco a ti mismo?

¿Cuándo dejaste de tener asco de embarrarte con tus propios fluidos? Es asqueroso ver y posteriormente oler a un borracho vomitar en el metro, pero si fueras tu ese borracho, a lo mucho te daría sólo algo de pena, pedirías un trapo al personal del metro para limpiar, el personal del metro te sacaría de las instalaciones, ya no alcanzarías metro de regreso a donde tuvieras que regresar y terminarías durmiendo con los vagos de la ciudad, a quienes seguramente les darías asco.

¿Es normal perderse el asco? ¿Todos los seres humanos se pierden el asco? ¿Existen personas incapaces de vivir con el hecho de tener que limpiarse sus colitas y saber que en algún momento será inevitable embarrarse los dedos? ¿Y qué pasa con lo que tu cabecilla loca excreta? Con eso también te embarras, y también te da asco, ¿es más difícil de limpiar? ¿Es tan asquerosito que prefieres no tocarlo? ¿Lo echas a la lavadora? ¿Se limpia con alcohol? ¿Con mezcal?

La moraleja de esta historia es no comer tacos si crees que la carne no está bien cocida. El pastor es mi señor, nada me faltará.